AKIRA
AKIRA
Akira goza de gran prestigio desde hace décadas, y se le reconoce como uno de los pioneros de la animación de la nueva era, no sólo en Japón, sino en todo el mundo. La pregunta es: ¿por qué?
Voy a analizar muchos elementos importantes, como el estilo de animación, los colores, el doblaje, la banda sonora de primer nivel y algunas cosas más. Esta película tiene su reconocimiento por una razón, así que quiero profundizar en ello. La actuación de voz de Akira se hizo con una técnica común en la animación occidental llamada "prescoring", en la que los actores de voz grabaron sus líneas antes de hacer las animaciones.
Aunque esto hace que el proceso de animación sea mucho más largo, permite movimientos faciales mucho más sincronizados que añaden suavidad y fluidez a la animación.
Aunque es difícil encontrar información precisa en Internet, el proceso de animación de Akira no se parecía a ningún otro de la época. Con 24 fotogramas por segundo, la película se convirtió en una de las experiencias visuales más fluidas de la historia. Al parecer, el equipo de animación utilizó entre dos y tres veces el número estándar de fotogramas para la creación de esta película.
En cuanto al color, Akira no defrauda: la absurda cantidad de 327 tonalidades diferentes se utilizan para crear el mundo que tanto apreciamos en esta película. Esta amplia mezcla de colores aporta aún más emoción a las escenas y se eleva por encima de las animaciones de su época.
Luces de neón, carriles bici semitransparentes, escenas cinemáticas de varias capas... estos colores iluminan a la perfección la vibrante ciudad distópica y es, sin duda, el elemento más importante que hace de ésta una película hermosa. Mi elemento favorito: La banda sonora.
Decir que es perfecta es quedarse corto. Shoji Yamashiro, el compositor de la banda sonora de la película, rechazó originalmente a los cineastas porque no le interesaban la ciencia ficción y el anime de la época. Tras suplicar y finalmente leer el guión, Shoji reconoció los temas humanistas más profundos y decidió componer una de las bandas sonoras más elitistas de todos los tiempos.
Realmente no hay mucho que decir al respecto, aparte de que hay que escucharla.
O, si aún no lo has hecho, ¡ve la maldita película!
(¡Los intérpretes de la banda son Geinoh Yamashirogumi!)



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