GODZILLA
El Arte de la Destrucción
Así es, me gustan las películas de monstruos, y NO, esto no me hace menos fanático del cine solamente porque es entretenimiento puro y barato. De hecho lo disfruto como el mayor fan. Y es que una de las primeras razones por las que me enamoré del cine es por este gran monstruo que muchos se olvidan es pionero del cine. Godzilla.
Godzilla es uno de los personajes más emblemáticos de la historia del cine. Incluso diría que como monstruo, el más aclamado y querido. En Japón es una especie de divinidad para el público. Siendo producidas más de 30 películas en el país nipón.
Lo que me gusta de Godzilla siempre ha sido el símbolo de anti maniqueísmo, que es representado en películas de apocalipsis y desastres causados por agentes externos. Si bien es cierto que Godzilla tiene varias versiones, en la gran mayoría de adaptaciones japonesas siempre ha sido una especie de antihéroe. Un monstruo que aunque destruye ciudades a su paso, lo hace para enfrentar a otros monstruos y traer el equilibrio a la naturaleza. Esa es la versión que a mí me gusta de Godzilla.
Pero… en Estados Unidos no entendieron muy bien de que iba todo esto. Y en 1998 hicieron un remake; en el que Godzilla era el villano de la historia, y además, un monstruo bastante patético. Esta película recibió bastantes críticas, sobre todo a la hora de representar al monstruo. Tampoco era algo tan grave, pero sí es cierto que el metraje adolecía de interés. Y las decepciones no se hicieron esperar.
Los americanos aprendieron de su error en 1998 y en el año 2014, Gareth Edwards nos demostró que en un blockbuster se pueden hacer cosas realmente buenas y profundas. Así, doy inicio al análisis de una de mis películas favoritas de todos los tiempos: Godzilla (2014)
Me encanta el tratamiento visual del monstruo a través de imágenes documentalistas, aprovechando estos gráficos para realizar los créditos iniciales. Se pretende generar suspense y sobretodo dejar en claro que este nuevo Godzilla, no es una caricatura que solamente atemoriza por su aspecto.
A pesar de que lo expliquen más adelante, aquí hay ciertas pistas sobre esta nueva versión del monstruo. Vemos bombas atómicas, explosiones y material aparentemente filmado entre los años 40 y 50. Se nos pone el contexto y podemos entender que ciertos experimentos nucleares se llevaron a cabo para intentar acabar con el monstruo.
Mucha de la importancia del primer acto es la forma en la que se maneja el misterio y suspense detrás de los monstruos. Y es que al llegar al primer momento en el que se nos presenta a uno de los monstruos (un ser masivo por cierto); Gareth Edwards hace que nos planteemos una pregunta.
¿Qué ocurre si abordas la escena desde la perspectiva de los personajes? Aquí entra en juego la inmersión e introducción del espacio terrenal, para que vivas y sientas el terror del protagonista. Seré más específico, y presentaré, lo que para mí, son los 3 mejores momentos de la cinta.
La tormenta, la calma y el caos.
Y es que, he hablado de los humanos pero y ¿Godzilla? Nos movemos a Honolulu, Hawái. Una alerta de tsunami alerta a los turistas y habitantes, hay poco tiempo para escapar, la cámara se mueve de manera agitada, hay poca claridad en lo que está pasando, la música se alarga, y entonces, un silencio… el suspense se apodera del espectador, haciéndole partícipe de la multitud asombrada ante una bestia de dimensiones casi infinitas.
No vemos la totalidad del monstruo. Ni siquiera podemos llegar a intuir su gigantesco tamaño. Ya que lo que vemos es la absoluta perspectiva de las personas que se encuentran ante el monstruo. El silencio absoluto, provocado por la bestia, es aplastante; el Rey de los Monstruos ha llegado.
Descenso hacia el Infierno
Muchas veces cuando pensamos en momentos bélicos, recordamos películas como Salvando al Soldado Ryan, 1917, La Lista de Schindler, etc. Pero en Godzilla, existe una escena que va mucho más allá. Y es por los contrastes.
Estamos dentro de un avión, con un equipo de soldados listos para realizar un salto HALO. Durante el discurso del capitán, suena un tipo de música genérica, patriótica incluso; representando el gran sacrificio que hará este equipo para tratar de detener una fuerza incontrolable. Una inyección de adrenalina y motivación para estos soldados. Pero cuando suena la alarma que indica que es hora de salir, todo cambia…
La música se apaga, y comenzamos a escuchar el réquiem de Gyorgy Ligeti. Pero, ¿por qué un réquiem? El uso de este tema simboliza una obra fúnebre, compuesta para realizar un ruego hacia los difuntos. En un primer momento, la composición épica y motivante que precede el salto como ilustración de la valentía de los soldados para salvar a su país; y acto seguido, el réquiem, como muestra real de lo que siente un soldado cuando va realmente a la guerra. Todo deja de ser testosterona y valentía, el miedo comienza a esparcirse y a hacer un prólogo de la muerte.
Es un acierto increíble de Edwards el utilizar esta composición, porque además de acompañarla e ilustrarla de maravilla, sirve en todo momento a su propósito empático. De nuevo, mientras los civiles miran la destrucción desde el suelo, ahora veremos la perspectiva de los soldados, más concretamente de nuestro protagonista; la caída a una ciudad arrasada.
La cámara nos enfoca dentro de la máscara de oxígeno de nuestro protagonista, dándonos planos cerrados y subjetivos para que sintamos el miedo y tensión del personaje. A la vez que nos muestran planos generales para ver donde están cayendo estos soldados. Como si se adentrasen al mismísimo infierno, igual que unos ángeles caídos.
El infierno en la tierra
San Francisco se convierte en el campo de batalla de estas criaturas monstruosas. Aviones comienzan a caer del cielo debido al campo electromagnético provocado por los monstruos. Aquí es absolutamente magistral la dirección por parte de Edwards; jugando con la iluminación, desenfoques, las angulaciones de los planos, como se rompe el silencio con el choque de uno de los aviones.
Edwards insiste en que la destrucción y el tamaño de las bestias, se muestre desde la perspectiva de un humano. Tal es la fragilidad humana al no poder escapar ante esta apabullante fuerza imparable. La ciudad está completamente arrasada. Estamos atrapados en el absoluto Apocalipsis.
Es válido decir que Godzilla no es un héroe, ni siquiera un villano. Simplemente una fuerza de la naturaleza, traída a la tierra para lograr un equilibrio. Como la misma cinta propone: “es un Dios en la tierra”. Y no se equivocan. Al fin y al cabo estamos hablando del monstruo más famoso de la historia del cine; el único e inigualable Rey de los Monstruos.
Además, quien no se asombraría ante semejante TITÁN.




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