Memories of Murder
“Hay una razón por la que la gente dice que tengo ojos de chamán".
Memories of Murder comienza y termina con escenas amarillas muy marcadas, en las que todo el fotograma está lleno de colores vibrantes y personalidad.
Estas escenas se sienten como los únicos momentos verdaderamente felices de la película, y marcan el inicio del viaje del detective Park a través de un misterio implacable.
Como la mayor parte de la película tiene un marcado tono gris, esta aparente desaturación aleja al espectador de la importancia del color, a pesar de que los colores aportan mucho contexto a la historia.
Bong Joon-ho aporta con maestría una capa añadida para el análisis haciendo que todos los componentes clave de la historia giren en torno al color. La ropa interior del hombre, la ropa roja que cuelga del tendedero, incluso las figuras inocentes de la película aparecen siempre vestidas de blanco.
Aunque podría ser exagerado, algunos usos del color en esta película son demasiado puntuales y exactos como para que ocurran accidentalmente. No cabe duda de que Joon Ho tiene una intención.
A medida que avanza la búsqueda del asesino, no dejamos de pensar en la nada. Nos hacen creer que sabemos lo que está pasando con los protagonistas, pero la trampa de Joon-ho es muy astuta. Este concepto también es MUY evidente en otra obra suya,
"Mother" (que también merece tu tiempo). Te llevan por tantos caminos mentales que empiezas a cuestionarte a ti mismo.
Hay demasiadas formas diferentes de procesar la historia y, sin embargo, te sientes tan limitado como los personajes.
Aunque toda la película es entretenida, el tercio final lleva todo a un punto crítico: un desgarrador colapso de los detectives después de trabajar tanto tiempo sin apenas solución.
Sin spoilear nada, es difícil describir la gravedad de las escenas que abarcan el último acto. Lo que sí es cierto es que todas las decisiones son susceptibles de interpretación.
Al igual que Cure muestra la destrucción de su protagonista, Joon-ho pone de manifiesto los efectos de este tormento en el personaje principal: una pérdida de la percepción de sí mismo, que también podría ser un símbolo de los tonos grises y la desaturación de los que hablábamos antes.
Y realmente no creo que haya muchas películas que me hayan provocado más terror verdadero como el final de ésta. Joon Ho ha dominado el arte de hacer que una experiencia sea terrorífica sin sobresaltos.
Para concluir:
Si aíslas cualquier elemento de esta película, te quedas con un concepto que tiene múltiples respuestas. ¿Qué es simbólico?
¿Qué no lo es? ¿Qué hacer con estos personajes en sus nuevas revelaciones, y cómo interpretar el final?
La única respuesta real que tengo es la siguiente:
Todo el mundo es capaz de ser cualquiera.



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